Abmiración.
Aristóteles: La naturaleza
aborrece al vacío. Horror vacui everywhere.
Pascal:¿Y lo aborrece
más en París que en Chamonix?
Aristóteles: Cuando el
artista del hambre fue despojado de su jaula y cambiado por una pantera en el
cuento Un artista del Hambre (Ein
Hungerkünstler) de Franz Kafka, “incluso para la sensibilidad más embotada
fue un alivio ver a aquella fiera revolcarse y dar vueltas en una jaula tanto
tiempo vacía.”
Pascal: Esa admiración
por “aquel cuerpo noble provisto de todo lo necesario hasta casi reventar” está
inscrita en un tiempo preciso; es pasajera pues antes admiraban el vacío del
estómago del artista del hambre. Es pura moda; y el artista le tiene horror a
la indigestión.
Aristóteles: Sienten igual
horror por la libertad de la pantera, tanto que la tienen que contener en una
jaula.
Pascal: Eso prueba que
su admiración tiene que hacerse de lejos. Debería llamarse abmiración*.
Aristóteles: Hay que sacar
las cosas de su contexto para poder abmirarlas.
Pascal: No, creo que
tienen miedo del otro. Por eso sienten que tienen que contener esa realidad
extraña en un espacio controlable. Y muchos no van al museo…no más de cuarenta
días seguidos.
*
El prefijo ab- sugiere separación, ausencia; como en la palabra absence (ausencia
en francés). Por el contrario el prefijo ad- sugiere aproximación, presencia.
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