Sobre el autismo
Retardado
En estos
días he empezado a reflexionar sobre el autismo. No pienso en el autismo como
la enfermedad. No me interesa curar a esos niños con dieta severa y
vegetarianismo (como he oído que le pasa a madres que hablan con los ángeles).
Tampoco volvería a coger ese libro que me obligaron a leer en el colegio que se
llama el incidente del perro a media
noche. Pienso en el autismo en
varios otros niveles. Le digo autista a un novio cuando quiere o jugar en un
iphone, o en un ipad y ver cómo personas corren detrás de un balón. Tal vez el
fútbol sea otra forma de autismo. Tal vez verlo es peor.
Autismo
en automatismo
Insultar ha hecho que emplee mucho la palabra
autista y he empezado a pensar en ella.
Hace poco escribí un comentario así: “a(u/r)tistas)”. Seguramente es obvia la
comparación pero: empecé a estudiar arte porque me sentía como una autista
leyendo la misma frase de un texto que no entendía. La única forma que encontré
para que algún ejercicio académico me fluyera fue caer en el otro autismo que
es el de no pensar mientras se dibuja o se pinta. Después de hacerlo un rato me
pasa que no le tengo tanto problema a las cosas. Admirable para mí se ha vuelto
algo como copiar, copiar y copiar. Y ya. Mi madre tenía una editorial que se
llamaba Bartleby, como el escribiente que solo copiaba. Bartleby era autista.
El Restrepo
La semana
pasada fui a la primera parte de Ejercicios
espirituales de José Alejandro Restrepo. Es una obra que está concursando
para ganar el premio Luis Caballero.
Restrepo divide las diferentes partes de su obra en “semanas” y las
proyecta /actúa efectivamente en diferentes semanas. La segunda me pareció pésima y la primera lo mejor. Las
dos tenían algo de autismo, solo que el nombre que le puso a eso fue
“espiritual”. La segunda tenía de autista gente que se reía sola, cantaba sola
o se desvestía sin el deseo previo de la audiencia. Mi conclusión: los ególatras también son
autistas. La primera semana tenía de autista: celulares que nunca se
contestaban, un policía, el señor que camina la cuerda floja por mucha
distancia mientras le habla a Jesús y un
suicida. Mi conclusión: un amigo de la Javeriana me dijo que los jesuitas eran
lo peor porque convirtieron a un compañero suyo y yo le dije que qué lindo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario